Hace ya unos meses (o eran años?) realicé un pequeño experimento metiendo las ovejas entre los manzanos y parcelando pequeñas zonas para que las fueran paciendo. Al final, entre pitos y flautas, no llegué en ningún momento a aplicar la fórmula a la totalidad de la pomarada. El concepto era dividir en pequeñas parcelas y rotar a las ovejas entre ellas con la frecuencia suficiente para que no llegaran a comer los arboles, pero mantenerlas lo suficiente para que limpiaran bien cada parcela antes de pasarlas a la siguiente.
Desde el año pasado, un paisano ha estado echando las vacas para pacer el resto de la finca que no ocupan los manzanos, un porción importante. En una de estas, las vacas acabaron escapando entre los arboles y en lugar de sacarlas, decidí dejarlas ya que los arboles estaban todavía sin hoja y no había gran cosa que perder. Sorprendentemente el experimento ha resultado bastante bien, e incluso, comparando los inconvenientes vs las ventajas de un aprovechamiento mixto con ovejas, diría que para ciertas condiciones puede ser una opción mejor.
Encantadas de la vida. Y yo también!
Para empezar, las vacas no ramonean la corteza, al contrario que las ovejas, las cuales han de trasladarse de una parcela a otra con cierta frecuencia para que no roan el pie de los arboles. Las vacas , por el contrario, si que comen la hoja de las ramas mas bajas y rompen algunas de ellas con su constante afición a rascarse. También realizan una buena labor de apretado del terreno, lo cual reduce la proliferación de malas hierbas, topillos y ratones de campo que pueden ser un gran problema para la raíz de los manzanos. Al contrario que las ovejas, no es necesario disponer de un cerramiento muy elaborado para mantenerlas dentro de la finca, con un hilo de pastor es suficiente. Un grupo de unas 10 o 12 vacas puede dejar bien pelada una extensión de unas 2 – 2,5 hectáreas en el curso de unos 15 días y además no es necesario parcelar la plantación, estas campan a sus anchas y en el curso de un par de semanas lo dejan bien pelado.
A estas alturas, la copa de los árboles quita mucha luz y la hierba no tira tanto como en años anteriores. Las vacas lo han dejado bien pelado y en unos días más quedara fino fino (idealmente, se meterian ovejas despues para que lo pazcan en corto y lo dejen como un campo de golf).
Entre los inconvenientes, algunas ramas bajas rotas y las hojas comidas. Y si a llovido mucho, también que te dejen el suelo como un patatal .
Echar el ganado trás la recogida y antes de la floración es una opción para minimizar los efectos colaterales.
Resulta una opción bastante interesante aunque diría que no es recomendable a menos que se trate de árboles de un cierto porte y edad ( en mi caso se trata de portainjertos M111 y árboles de 10 años). En mi caso, aun sin llegar a tener en cuenta que puedas criar un animal (o dos) para comértelo en casa (lo cual no es mi caso ya que no se trata de mi ganado), ya merece la pena solamente por la cantidad de trabajo que me ahorra. En un verano normal puedo llegar a realizar unas 4 siegas-desbroces para poder mantener la finca en un estado semi decente, cada una de ellas me puede llevar unos buenos 4 días de intenso trabajo, sin contar la maquinaria y la gasolina. Los daños que pueden infringir a los árboles se compensan ampliamente con el trabajo que me ahorran. Aun así, esto último puede minimizarse metiendo el ganado solamente en el periodo tras la recogida y justo antes de la floración.
Aunque no tengas vacas, igual puedes acordar algún trueque con el dueño que os apañe a los dos.
Resumiendo, si no eres muy tiquismiquis con el manejo de los árboles y son de una cierta rusticidad, esto suena como una buena opción. En mi caso los inconvenientes y costes de mantener la pomarada limpia superan con creces cualquier pérdida que pueda resultar de meter el ganado. Quizás no sea una buena opción para explotaciones jovenes, con portainjertos enanizantes o para producto de mesa, pero desde luego antes de ver la finca hecha un bardal, merece la pena pensárselo.
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