Cuando llegó a casa, con sus apenas 3 meses, apenas tardé un día en decidir como lo llamaría. Iba a su bola y además era una bola… pues estaba claro! En fin, el caso es que ahora que se ha convertido en un pedazo de animal que pesa más de 80 kilos sigue siendo lo que prometía ya de cachorro.
Tenía en mi imaginación un escenario en el cual Bola, ejerciendo su instinto de buen mastín protector del ganado, se ocuparía de las ovejas como si conociera la tarea al dedillo, sin necesidad de nadie le dijera nada. Nada más lejos de la realidad y ni siquiera los mastines hacen gala de ese instinto si no se les ha dado la oportunidad de cultivarlo a través de un contacto muy cercano con el ganado desde muy pequeños.
Cada vez que entraba conmigo al recinto donde se encontraban las ovejas, se echaba a correr tras ellas, aunque la verdad es que luego, cuando se agotaban, lo único que hacía era olerles el culo. Hasta que un día mató un cordero, aunque más por juego que por otra cosa, quedó bien claro que lo de “cuidar” las ovejas no iba ser lo suyo.
Aún después de esta mala experiencia, seguía pensado que con el roce llegaría el cariño, aunque cada vez que estaba con las ovejas las corría. La verdad es que al ganado no le va nada bien que lo corran y en lo único que puede acabar la cosa es que se hagan daño contra el estacado o se rompan una pata, así que consultando en un foro de ganadería me recomendaron intentar una solución que ya barruntaba yo: Colgarle un palo bien gordo al cuello, de manera que cuando echara a correr tras el ganado se fuera dando buenos porrazos en las patas”..y si mata un cordero, le pegas con ese mismo palo” me decía un ganadero del foro.
Al final me he quedado sin saber si esto hubiera sido una buena solución, pero bueno… parece que Bola y las ovejas pueden hacer cada uno su vida. Aún así, para quien quiera tener un mastín, puede tener por seguro que es el animal más noble, paciente, tranquilo, cariñoso, inteligente y amigo de los niños que puede haber, además de independiente. Aunque para que sea buen guardián de ovejas, tiene que crecer entre ellas, como si fuera una más …