Después de mucho trabajo en casa cosiendo, cortando, dibujando, fotografiando, imaginando, haciendo y deshaciendo… salimos a la calle el pasado domingo a vender las ropitas en el Mercado de Liencres, cerca del mar, pero no de la playa,aunque Jp no se rindió y consiguió darse un baño después del largo paseo.
Hizo un día bastante gris y caluroso y el horario era largo, así que agradecimos mucho el gazpacho fresquito que trajeron los abuelos para comer y las visitas que lo hicieron más ameno. Fue muy gratificante escuchar de los demás que les gusta lo que haces, porque coser es genial para esto que llamamos ahora conciliación de la vida familiar pero también resulta un poquito solitario, así que salir y mostrar el trabajo y que le guste a quien lo ve, pues da mucha alegría. Además el ambiente en el mercado era muy bueno, pudimos charlar con otros artesanos y mercaderes, entrar en otro universo de trabajo taaan distinto a las oficinas y despachos. El próximo domingo volvemos a la calle, al prado esta vez, estaremos en el Mercado Popular de Villaescusa… si hace bueno.
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