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¿Qué tienen de especial las bayas de saúco?

Ha llegado el momento de hablar del saúco (Sambucus nigra) y sus bayas, de ese arbolito de pequeño tamaño y de extensa tradición medicinal que nosotros cultivamos o casi podemos decir que favorecemos que crezca en nuestra finca, porque se trata de una especie autóctona que puedes encontrar en los ribazos, cerca de ríos y junto a los caminos por toda Cantabria.




Es probable que te hayas encontrado con saúcos cuando paseas por el campo, es un arbolillo muy común, modesto, que suele pasar desapercibido salvo cuando está en plena floración, que es un espectáculo. Florece en forma de preciosos ramos de mini florecillas blancas que apuntan al cielo y que tienen un perfume delicioso del que ya te hablé aquí, así que no me extenderé más con las flores.






Hoy te quiero hablar de las bayas de saúco, cada una de las preciosas florecillas blancas se convierte en una mini bolita de color verde que va creciendo y cambiando de color hasta que en plena madurez es prácticamente negra y en su interior guarda un jugo color púrpura increiblemente bonito. Así que más o menos cuando termina el mes de julio los saúcos están cargados de ramos con bayas que los pájaros madrugadores se van comiendo.



Como te decía al principio el saúco forma parte de numerosos remedios naturales en distintas culturas, las bayas en concreto se han utilizado tradicionalmente para aliviar los síntomas del resfriado y la gripe y las investigaciones científicas actuales parecen respaldar los saberes tradicionales en este caso concreto. En este pequeño artículo de la revista Investigación y Ciencia te explican cómo actúan las bayas de saúco contra el virus de la gripe.



Además, las bayas de saúco son ricas en antocianinas. Las antocianinas son los pigmentos que dan a las frutas y verduras rojas, azules y moradas en general y a las bayas de saúco en particular su precioso color. Las plantas producen estas sustancias como mecanismo de protección; y resulta que esos mismos bioflavonoides también ayudan a proteger nuestro cuerpo actuando como antioxidantes.


Se le considera un árbol sabio, mágico, sobre esto en el podcast La senda de las plantas perdidas y el blog Imaginando vegetales Aina S. Erice te cuenta datos interesantes, no te lo pierdas.


Nosotros cosechamos las bayas durante el verano, según van madurando, es un trabajo muy entretenido, se hace despacio y con cuidado porque son delicadas y si vas con prisa las acabas espachurrando … Después extraemos artesanalmente su jugo para añadírselo a nuestras jaleas de manzanas y bayas de saúco, les da un color precioso y un sabor herbal súper especial.


También hacemos una cantidad muy limitada de sirope de bayas de saúco con el que nos gusta hacer polos helados y acompañar un pedacito de queso majorero frito (que eso es la locura). Además, tomamos una cucharadita después del desayuno y antes de acostar cuando estamos acatarrados, que además de ser reconfortante está rico.


Con las bayas deshidratadas te puedes hacer una infusión calentita, pero eso te lo cuento otro día con más tiempo.

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